SEX AND THE CITY 2.0: CONQUISTAR TERRITORIO

CAPÍTULO 22: CONQUISTAR TERRITORIO

A todas nos ha pasado que llega un momento que pasas demasiado tiempo en casa de un tío, ya no es un polvo del que huyes rápidamente. No sólo no te vas después del acto en sí, si no que incluso te quedas a dormir y no es que te vayas un domingo a tu casa por el camino de la vergüenza, no, te vas directa al curro. 

¿Eso qué implica? Necesitas cosas. En la primera etapa te preparas looks a juego con tu bolso más grande para poder llevar todo lo necesario para ser una mujer guapa y limpia (algo de ropa, aunque sólo sean unas braguitas, cepillo de dientes, maquillaje) y eso sólo en el mejor de los casos. Si eres una mujer femenina y te arreglas, eso que viene siendo bastante, plantéate llevar la plancha, peine y millones de cosas más.

Esto lo puedes hacer algún día, pero cuando tu hombro se empieza a quejar por el exceso de peso tan habitual y tu bolso gigante se convierte en una pesadilla te empiezas a plantear si no sería mejor empezar a conquistar territorio en su casa.

¿Qué implica eso? Empiezas por dejar unas gomas de pelo, así como prueba de fuego, si no dice nada, dejas el cepillo de dientes, si sigue como si nada, dejas unas bragas limpias en una de sus mesillas de noche, si sigue sin decir nada, te llevas una maleta y que sea lo que dios quiera. Esto puede ir bien o puede ser un maldito despropósito. Puede incluso presentarse en tu casa con un supuesto regalo para ti y que sean todas las mierdas que has esparcido por su casa. 

Si algo nos han enseñado las comedias románticas como “Cómo perder a un chico en diez días” es que invadir sin comentar la batalla te puede llevar a una guerra sucia. Casi mejor explicar razonablemente que serIa más práctico para tu espalda y beneficioso para tu salud dejar ciertas cosas en su casa. Que todos sabemos que se empieza por dejar algo y acabas cagando allí ¡con toda tranquilidad además! 


Pero no olvidemos la opción B, el mejor plan, de siempre, se puede follar en tu casa y que seas tu quién marque las reglas ¡e incluso echarlo de tu cama si te parece mejor! 

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