TÚ, YO Y EL CINE: LOST IN TRANSLATION


Título original: Lost in translation
Año: 2003

Dirección/Guión: Sofia Coppola
Fotografía: Lance Accord
Reparto: Bill Murray, Scarlett Johansson,  Giovanni Ribisi, Anna Faris, Fumihiro Hayashi, Akiko Takeshita, Catherine Lambert, Akiko Monou


Crítica 1. Lost in Coppola.

Lo primero que recuerdo de ella, es que no tenía talento alguno para la interpretación, o eso me parecía a mí. Sentada junto a los demás actores, sin llamar demasiado la atención. No era la más guapa, ni la más vivaz de la escena, y creí que era otra persona sin talento alguno que había tenido la suerte de nacer hija de uno de los mejores directores de la historia del cine. No tuve la necesidad de borrarla de mi mente, porque al segundo ya no estaba allí.

Pero ya se sabe que la vida es una constante de miles de quebraderos sin sentido, y aquella chica volvió a mi vida en forma de dos DvDs en unos grandes almacenes, con el nombre de Sofia Coppola. No voy a mentir y a decir que en ese momento sí presté atención. Al contrario, los añadí a las demás películas que iba a adquirir, sólo por curiosidad, y ahí acabó todo.

Y de repente, surgieron las “Vírgenes Suicidas”. La historia de unas hermanas encerradas a merced de unos padres severos, que eran el reflejo de la pura adolescencia y las ganas de vivir, llamando la atención de cualquier joven que tuviera tiempo de contemplarlas y quererlas tal y como eran.
Me fascinó.

La calidad de las imágenes, el reparto bien llevado a través de la trama, una fotografía impecable a la par que una dirección magnífica. Me sorprendió al no esperar nada, y otorgarme más que la mayoría; algo que sólo el cine es capaz de conseguir en un buen cinéfilo.

Me refugié en la película, hasta que caí en la cuenta de que había una segunda sorpresa que todavía no había descubierto, y fue en ese momento cuando Coppola hizo honor a la apellido de su padre con “Lost in translation”.

Una gran parte de la gente ya la entiende como una película de culto, a pesar de que no es de fácil consumo. Todo se conjura de una forma sencilla y elegante: Bob y Charlotte, dos personajes tan diferentes y tan iguales, insatisfechos de la vida que les ha tocado, se encuentran en la fría ciudad de Tokio uniéndoles un sentimiento de desconcierto a la par que desasosiego. Casi sin querer, se crea una amistad que se priva de palabras y se llena de gestos.

Seamos justos, algunos odiarán la película. Sus largos espacios sin hablar, la forma pausada de llevar el argumento y la extraña relación entre Scarlett Johansson y Bill Murray, actores que dan vida a ambos personajes. Este no es un cine para cualquiera, y dudo que Sofia Coppola lo destinará para un gran público. Pero aquellos que sepan captar la profundidad de la relación entre ambos y sepan empatizar o incluso identificarse con ellos, descubrirán un film que les dejará sin palabras.
No quiero desvelar tampoco demasiado, ya que se va construyendo a medida que logras perderte junto a los protagonistas en las calles de la capital japonesa. Ahí está su magia, y Coppola lo creo de tal modo.

De esa caja con películas viejas, ha llovido mucho y ha medida que el mundo ha ido avanzando, Sofia Coppola ha crecido como guionista y directora, consagrándose con una fama mundial que la deja entre las mejores de su profesión, siendo actualmente ídolo de cineastas nostálgicos y refugiándose en un cine cada vez más y más comercial.Por ahora, y de momento, yo seguiré atrapada en una escena en Tokio con susurros entre dos desconocidos, queriéndose despacio, a la espera de que Charlotte y Bob algún día vuelvan a juntarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario