DUALCILLO: OBJETIVO.

Objetivo.
5. m. objeto (‖ fin o intento). Me he dado cuenta. Por fin, he sido consciente de que no es un trayecto, un viaje sin ningún tipo de intención. La idea nació con la misión de ayudar, compartir vivencias y crecer, hacerme todo lo grande que pueda, aspirando cada aroma nuevo durante algo más de 7000 km, a través de 9 países (sin contar UK) pedaleando libre y feliz. ¿Qué sentido tiene no volver a casa en el momento en el que cruzas la línea de destino para poder agarrarte a los que han sido tus columnas durante años? Ninguno, así de sencillo, es algo que se me grabó a fuego al ver el biopic de Into The Wild, "la felicidad no es nada si no se puede compartir".
Claro que lo voy haciendo por RRSS. No obstante, tras leer El Mundo Amarillo de Albert Espinosa, (libro curioso porque en muchos tramos era leerme, a pesar de que no comparto muchos puntos de vista), hice mío un gesto que, seguro os extraña, los abrazos. Los que me conocéis sabéis que soy más arisco que un gato. Por eso, tras leer y pensar que podía ser algo bueno para mí, una vez más, me he deshecho de la zona de confort para probar cierta teoría más o menos científica relacionada con los abrazos y la oxitocina, hormona muy relacionada con el bienestar. Resulta que va funcionando conforme la he ido poniendo a prueba y joder, se ha convertido en el título de esta entrada.
Todo viaje, como la novela de mi vida, tiene un inicio, un trayecto y una finalidad. Creía que la finalidad era recaudar dinero para ayudar a quien fuera posible, en la investigación sobre el cáncer y poder ayudar a visualizar a aquellos que lo pasen mal, que podemos hacer lo que queramos. Que no hay nada que nos pueda parar más que nosotros mismos. Estas dos cosas, son motivaciones, el ánimo, la gasolina que hace que vayas hacia esa meta, a llegar a Ushuaia, "The End Of The World" con una única intención (aparte de la de no matarte pedaleando mientras lloras y ríes a la vez como experimenté al visualizar el mar en el Coast 2 Coast) de abrazar. De que me rodeen. De dejarme cuidar, por una vez en mi vida, sin estar postrado en una cama de hospital.
Querer es poder y quiero ese cuidado, es más, lo necesito. He conseguido rodearme de la mejor gente que se pueda encontrar y sería un despropósito no vivirlos plenamente. Quiero el abrazo huesudo de Enrik, el que huele a tabaco de Mariano, ese que es incómodo, siendo mi padre, el abrazo de Gracia, quiero el abrazo de Rita 
  (es la manera de tener el abrazo de Ana), el de Viko y Ana pringados de miel, el de Laura en Barcelona, Stef, John, Beth y Pete en Masham y, a saber como me trata el viaje y si consigo tener su abrazo. Ella sabe qué abrazo es.  
Nunca he sabido cuál era mi destino. Ahora se que el destino es mi gente. Aunque sea dando muchos tumbos durante, que tampoco vamos a ponerle puertas al campo.
Ps: ¿Como llegar a destino con mayor solvencia? Si me echáis un cable con el crowdfunding. ¡Gracias! https://www.trevolta.com/trips/giving-inspiration-from-yorkshire-to-ushuaia-29879

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