DUALCILLO: LISTA

Lista.

(Del germ. *lîstacf. a. al. ant. y nórd. lîstaingl. list, franja, orillo). ¿Quién no ha hecho la lista de la compra porque cuando se ha ido al supermercado, se le olvidan siempre cosas importantes que comprar? De pequeño, iba a comprar a los ultramarinos de debajo de casa y Juan, el dueño de la tienda, un señor muy majo, con gran tripa y un negro bigote enseguida me caló. Mi mente siempre se perdía por los estantes en busca de qué debía subir y empezaba a divagar, al final, sólo volvía a casa con 3/4 partes de lo que tenía pendiente por comprar a lo que Madre, con cara de pocos amigos, me devolvía a la tienda a por lo que faltaba. "¡Hombre! ¡Juan El Olvidadizo!" Y así, por no hacer listas, me gané mi primer apodo. Por no hacer listas y por dejar que la cabeza e imaginación fantasearan.
Recuerdo esos momentos en los que empezaba a hacer las listas y todas las que han venido detrás. La lista de los libros que comprar para la universidad, la lista de cartas de Magic que me faltaban para tener una baraja de Ratas, la lista de películas y series que optan a tu top 10 y que todos somos capaces de discutirnos. Siempre, acababa fantaseando con alguna cosa de por medio y todas esas listas terminaban con dibujos totalmente aleatorios y sin sentido, entre medias de cierta seriedad.
¿Habré dejado de ser Juan El Olvidadizo? ¿He dejado de ser ese niño? Es algo que nos preguntamos todos más o menos a menudo, cuando te das cuenta de que estás totalmente inmerso en la máquina que es el mundo. Pero de esto, ya hablaremos más adelante. Volvamos a las listas, tras este evidente despiste propio.
Que levante la mano quien no sepa la animalada que estoy preparando. Vale, tú, ve y lee un par de posts atrás o dejo de ajuntarte.
Justo hace una semana, hablando con una amiga, me di cuenta de que no tenía preparada lista alguna para la andanza en bicicleta por Sudamérica. Eso mismo, llevó a que ¡no tenía idea alguna ni era consciente de la barbaridad que se me presenta de frente! ¿Mi respuesta? Reír bajo el agua de la ducha y pensar: "Juan El Olvidadizo, más te vale que esta lista, la hagas a conciencia". Y es que, no dejan de ser más de 7000km arriba y abajo, durmiendo al aire libre donde se tercie, haciendo lo que todos imagináis y que hago bastante a menudo, por cierto [nota mental, hacerme con mucho papel higiénico]. Desde elegir si lona de vivac o tienda de campaña a las alforjas adecuadas, pasando por ciertos recuerdos que quiero llevar conmigo, sí o sí, ligeros, en papel, para esos momentos de debilidad que SEGURO aparecen, ya que, por mucho que a veces no pueda parecerlo del todo, soy humano y tengo emociones que son complicadas de gestionar en instantes de inseguridad y soledad.
Pero eh, eso también está en la lista, las tortas de "Dual, no seas capullo y quédate con nosotros", los abrazos de cierto beodo que solo me quiere en ese instante (porque tiene una reputación que mantener) o los puñetazos de otra persona que empuja con sentido común aunque crea que no lo termina de tener. ¿Sabéis que es lo más importante de la lista? LOS DEBERES. Como esos Cuadernos de Vacaciones Santillana. Los deberes de tomar muchas notas, aprender mucho, perderme y encontrarme y sobretodo, no dejar nunca de lado el hecho de que sin vosotros, no podría hacer esto y es por eso que puedo entregarme. Dar lo mejor de mí al mundo, puesto que eso, es lo que queda como legado, cuando nos vamos. Ese mover la cabeza en gesto de negación sonriendo y pensando, "Dualcillo, ¿por qué eres así? Locuelo, espero que esté bien". 



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